Ojo a quién consultas tus dudas e inquietudes. Puede te atrape una persona sesgada e intente contagiarte su mirada acotada de la realidad, convenciéndote, engatusándote.
Que el cuestionamiento y la indagación sea permanente, continua, insaciable y curiosa, porque puede que esa llama la apaguen – quizás sin mala intención – los “expertos”, los “sabios” en el asunto.
Porque es más sabio quien asume su desconocimiento, se sincera con él y sigue buscando. No se conforma y avanza, gira, retrocede y vuelve a avanzar, libre de prejuicios y condicionamientos exagerados.
La sabiduría verdadera es la que nace limpia y pura dentro de cada alma.
Me gustaLe gusta a 1 persona